Estrategias que permiten disfrutar de actividades y aparatos digitales sin tener que pagar precios de lujo
A la Navidad y sus excesos les suceden la cuesta de enero y la austeridad que conlleva haber gastado demasiado durante el periodo vacacional.
Si a ello se une la crisis, como resultado no pocas familias se verán obligadas a privarse de muchas comodidades tanto prácticas como de ocio.
En el campo de la tecnología, esto se traduce en que no se contrate una conexión de más 'megas' o no se reponga la vieja tableta o aquella que se haya roto. Y lo mismo puede suceder con los smartphones o la costumbre de ver películas en Internet o comprar libros electrónicos.
Sin embargo, si se siguen las estrategias de ahorro que a continuación se describen, no hace falta recurrir a esas prácticas.
Ante la perspectiva de una débil recuperación económica, la tecnología puede antojársenos muy cara en el recién estrenado 2014. Sin embargo, no tenemos por qué cortar de raíz nuestro consumo digital. Basta con que asumamos una serie de pautas que pueden ahorrarnos un gasto superfluo y, en cambio, nos permitirán seguir con nuestra actividad igual que en 2013.
1. Optimizar la cobertura de la wifi
Antes de pensar en contratar más ancho de banda para casa o la oficina, y en si con él podemos llevar a cabo actividades más exigentes como ver películas a través de Apple TV u otros métodos similares, manejar impresoras inalámbricas o jugar a videojuegos complejos desde Internet, debemos mirar si aprovechamos el que tenemos.
No tenemos por qué cortar de raíz nuestro consumo digital, basta con que asumamos una serie de pautas de ahorro
Muchas personas nunca han utilizado un medidor de cobertura wifi, pero no es más que una página web o una aplicación muy sencilla que permite medir la potencia que la wifi alcanza en cada punto de la casa. Basta con usarlo en las zonas de más habitual actividad digital, y registrar si la velocidad real coincide con la teórica que contratamos.
Por norma no coincidirán, y la real será menor, pero debería preocuparnos si esa diferencia es muy grande, porque esto indica que estamos muy alejados de la antena wifi o hay interferencias. Entonces hay que tomar medidas para tener wifi homogéneo en toda la casa y ver si con el nuevo resultado de medición podemos cubrir nuestras necesidades.
2. Mirar bien todos los tipos de contrato
Antes de pensar en aumentar el ancho de banda de nuestra wifi debemos mirar si aprovechamos el que tenemos actualmente
Si decidimos contratar una conexión superior, una buena recomendación es estudiar todas las posibilidades que se nos abren. Podemos contratar con los operadores tradicionales, en cuyo caso debemos estudiar qué modalidad nos conviene, y si nos ofrecen facilidades a la hora de contratar también Internet en el móvil o cuántas líneas nos dejan contratar. Hay que leer bien la letra pequeña de los contratos, así como la reputación que tiene el operador en los diferentes foros de la Red que reúnen las quejas y valoraciones de los consumidores.
Si optamos por contratar fibra óptica, debemos estar seguros de que optimizaremos al máximo el ancho de banda que nos dará el operador, que lo habitual es que sea de 100 megabits por segundo (mbps). En caso contrario, hay ofertas interesantes por anchos de banda menores por par de cobre (ADSL).